ORIGEN
El ajo, procedente del centro y sur de Asia desde
donde se propagó al área mediterránea y de ahí al resto del mundo, se cultiva desde hace miles de años. Unos 3.000
años a. C., ya se consumía en la India y en Egipto. A finales del
siglo XV los españoles introdujeron el ajo en el continente americano.
TAXONOMÍA Y MORFOLOGÍA
Familia: Liliaceae, subfam. Allioideae.
Nombre científico: Allium sativum L.
Planta: bulbosa, vivaz y rústica.
Tallos:
son fuertes, de crecimiento determinado cuando se trata de tallos rastreros que
dan a la planta un porte abierto, o de crecimiento indeterminado cuando son
erguidos y erectos, pudiendo alcanzar hasta 2-3 metros de altura. Dependiendo
del marco de plantación, se suelen dejar de 2 a 4 tallos por planta. Los tallos
secundarios brotan de las axilas de las hojas
Hoja:
radicales, largas, alternas, comprimidas y sin nervios aparentes.
Flores:
se encuentran contenidas en una espata membranosa que se abre longitudinalmente
en el momento de la floración y permanece marchita debajo de las flores. Se agrupan
en umbelas. Cada flor presenta 6 pétalos blancos, 6 estambres y un pistilo.
Aunque se han
identificado clones fértiles, los bajos porcentajes de germinación de las
semillas y las plántulas de bajo vigor hacen que el ajo se haya definido como
un apomíctico obligado, término que se refiere a su capacidad para producir
embriones sin existir fecundación previa.
PREPARACIÓN DEL TERRENO
Las labores deben
comenzar unos seis meses antes de la plantación, éstas deben dejar el terreno
mullido y esponjoso en profundidad.
Consistirán en una labor de arado profunda (30-35 cm) seguida de 2 ó 3
rastreadas cruzadas. Con esta primera labor se enterrarán los abonos orgánicos.
ABONADO
Como término medio,
para obtener 1.000 kg de planta las necesidades de nitrógeno, P2O5 y K2O son de
2,33%, 1,42% y 2,50%, respectivamente, aunque teniendo en cuenta la fertilidad
del suelo pueden disminuirse las proporciones anotadas. Los abonos orgánicos
maduros deben ser incorporados uniformemente en el terreno algún tiempo antes
de la siembra. Los nitrogenados nítricos se fraccionan en 1-2 veces durante el
ciclo vegetativo, pues de lo contrario induce un desarrollo excesivo de las
hojas en detrimento de los bulbos. El abono fosfórico favorece la conservación
del producto.
El cultivo del ajo
agradece la incorporación de materia orgánica muy descompuesta. El ajo puede
resultar sensible a las carencias de de
boro y molibdeno.
RECOLECCIÓN
En las plantaciones de
otoño son necesarios 8 meses para llegar a la cosecha y 4 meses o 4 meses y
medio en las plantaciones de primavera. La humedad del terreno en contacto con
las cabezas ya maduras provoca en las túnicas externas ennegrecimientos y podredumbres,
ocasionados por la acción de hongos saprófitos, que en ocasiones deterioran la
calidad de la cosecha.
El momento justo de la
cosecha corresponde a la completa desecación de las hojas, realizando el
arranque de las cabezas con buen tiempo. Adelantar en exceso el momento de la
recolección produce disminución de la cosecha y pérdida de calidad.
En terrenos sueltos los
bulbos se desenterrarán tirando de las hojas, mientras que en terrenos
compactos es conveniente usar palas de punta o legones. Actualmente se cosecha
de forma mecánica con cosechadoras atadoras de manojos.
Las plantas arrancadas
se dejarán en el terreno durante 4-5 días (siempre que el clima lo permita) y
posteriormente se trasladan en carretillas a los almacenes de clasificación y
enristrado. A medida que se vayan recogiendo los bulbos se deberá limpiar la
tierra que tengan adherida.
Si la recolección se
destina para la semilla, la recolección se realiza con la planta totalmente
madura. Después de la recolección y durante el período de selección, se irán
apartando los bulbos mejor conformados, sanos y aquellos que respondan
totalmente a las características de la variedad cultivada.
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